En el presente trabajo se expone un conjunto de más de cuarenta ensayos, agrupados en cuatro partes, que se ocupan del debate en materia monetaria y cambiaria que ha tomado lugar en los últimos dos años en la economía Argentina, en el cual, junto a un destacado grupo de colegas tales como Alberto Benegas Lynch (h), Iván Carrino, Roberto Cachanosky, José Luis Espert, Nicolás Kerst, Esteban Arrieta y Ricardo López Murphy entre otros, hemos tomado una posición que implica una visión absolutamente opuesta con las que se han estado estudiando estos temas en los últimos 70 años y, muy especialmente, en los últimos 40. La divergencia tiene gran parte de su origen en un conjunto enorme de falacias emergentes de la “Teoría general del empleo, el interés y el dinero” de John M. Keynes publicada en 1936, cuyas malas influencias se extienden aún hasta nuestros días y que, junto al estructuralismo local, tanto daño han causado al país y a generaciones enteras de argentinas.De hecho, desde nuestro punto de vista, los daños causados por la instauración de un populismo salvaje y violento (donde a los opositores se los acallaba ya sea por las buenas o por las malas) a inicios de la década del ’40 del Siglo XX, no sólo han quitado a nuestro país de los primeros lugares del ranking mundial en riqueza, sino que además ha inyectado en una gran parte de la sociedad profundos niveles de odio, envidia y resentimiento (propio de los escritos de marxistas y keynesianos) que, sumergido en pujas ridículas, han dejado a la Nación en una situación de frontera camino a una ridícula pobreza. En este contexto, las bases económicas que dan sustento al populismo se nutre de la profunda irresponsabilidad fiscal emergente del nefasto libro de John M. Keynes (y donde la lectura del capítulo 22 de dicha obra demuestra que lo afirmado por gran parte de los economistas locales respecto a la política fiscal es falso) y de los más alocados delirios monetarios de los estructuralistas locales, con Julio Hipólito Guillermo Olivera a la cabeza, quien dio los fundamentos para validar monetariamente cualquier tipo de disparate que surgiera de políticas económicas inconsistentes.En función de todo el daño causado por keynesianos, estructuralistas y marxistas, en la primera parte del libro se presentan una serie de ensayos que toman como punto de partida las “Malas políticas y pésimos resultados como el origen del enfoque Milei-Giacomini”. Esto es, cuando la economía se comienza a estudiar desde la perspectiva libertaria (en cualquiera de sus vertientes) los errores de diagnósticos en los cuales cae gran parte de la profesión surgen de modo natural y ello permite inferir con sorprendente precisión los malos resultados. Es más, mirando la pésima performance de los herederos de Keynes-Marx-Olivera, resulta un espectáculo casi dantesco ver sus incoherencias al tratar de justificar la discrepancia entre lo que afirmaban y luego pasó. Por ello, en la lógica de exposición del presente material, esta primera sección se presenta como la fuente de nuestra inspiración en el desarrollo de nuestro enfoque.