Vivimos una época sumamente convulsa: se concede cada vez menos importancia a los hechos objetivos, nos enfrentamos a un nuevo auge de extremismos y autoritarismos, y las categorías habituales para comprender la realidad parecen no servir ya como guía. En Estados nerviosos, William Davies realiza un muy agudo diagnóstico de la contemporaneidad, remontándose a los comienzos de la Ilustración para explicar el ascenso de los expertos y las estadísticas como elementos centrales de gobierno, hasta la situación actual, donde el conocimiento y la autoridad de los expertos se ven profundamente cuestionados, dando lugar a regímenes y figuras populistas que apelan a las emociones como principal fuente de adhesión política.